jueves, 27 de agosto de 2009

Viaje a la nostalgia... continuación




Entrada la mañana Sole me leía un cuento, mientras yo con mi nuca apoyada en sus caderas miraba el cielo por la ventana. Pensando que debía llamar pronto a mi trabajo para decir que no llegaría, que estaba en la boca de la loba como acostumbraba a decir, quizá será mejor tomar mis cosas e irme, quizá llegue a media tarde a terminar lo que deje parado ayer, quizá dejo de decir quizá. - fin - Escuche como una campanita. Volví a la situación y corrí a darme una ducha, mientras comenzaba a decir a Sole lo bien que me había parecido el cuento, al menos las dos primeras páginas que escuche con atención. Al salir de la ducha Sole me miraba con ojos de no te vayas, yo la miraba con ojos de porque me miras de esa forma.

Recuerdas porque dejamos de vernos, le dije de prisa mientras buscaba mis calcetines.

- Porque nunca encontrabas tus calcetines, por las mañanas -

Si creo que los motivos no fueron más o menos relevantes que eso, conteste aún sin encontrar mis calcetines y con un nerviosismo compulsivo inquietante.

- Quédate, por favor Rena, quédate - y antes de ir a la ducha comenzó buscar mis calcetines. Creo que fue eso, lo que hizo replanteármelo todo, hasta pasó por mi cabeza las horas de viaje que teníamos que considerar si decidíamos frecuentarnos otra vez.

- Tan tán. Los encontré, te saldrá caro mujercita que te los entregue – A esas alturas la furia ridícula, pero convincente, se apodero de mí. Alcé mis brazos directo a los suyos, pero fue una mala estrategia, ahora además de mis cubiertas para los pies, Sole tenía una de mis manos entre ellas y otra la afirmaba entre sus dientes. Consideré seriamente rendirme, pero de un salto aún con mis manos atrapadas hice que aterrizáramos en su cama otra vez, me soltó para evitar un desastre mayor y recuperé mis calcetines. Sin dudas esos juegos infantiles, eran algo que ya comenzaba culposamente a extrañar.

-Vete a la ducha, que bajo a preparar el desayuno-

Abajo una fotografía de alguna de las muchas marchas gays en Madrid, donde estábamos entre plumas, cubatas y festejos, me quitó bastantes minutos la concentración y ocasionó que me fuera junto a mis recuerdos muy lejos. Mierda se quema el pan, y a gran velocidad los quité del artesanal tostador metálico.

Sole bajo las escaleras, bastante lento, especule que su energía había quedado rendida en la cama aún sin hacer.

Tomamos desayuno casi en silencio, rara vez interrumpido por las gaviotas que se observaban a lejos a través de las vidrieras. Agradeció mi regalo, y la cajita de cerillas de la feria, ya que ella no había podido asistir, cuestión de distancias me explico. Yo oía sin escuchar como casi siempre me encontraba otra vez en la profundidad de los múltiples pensamientos de desayunos frente al mar. Es que es incalculable la cantidad de recuerdos que puedes conservar de tantos años juntas, pensé. Fue en ese instante donde me cuestione de nuevo “el que demonios estaba haciendo yo ahí, cual era la idea, todo había partido como una jugarreta rabiosa al intentar llamar para desear feliz cumpleaños y hoy era un día más entre mis recuerdos con Soledad”.

La miré perforando sus pupilas para intentar descifrar si lo que ella de verdad quería era lo que de verdad vine a buscar, pero como la magia no es gratis y tampoco fácil, no encontré más que un par de ojos azabache mirando perplejos los míos.
-Bueno que me dices, te quedas hoy o no-
Me quede expectante mientras ese “hoy” hacía eco en las profundidades de mis oídos, quizá una pizca de magia, pero tan pizca que sólo resulto en un hoy, un prolongar más la situación, si terminar el desayuno, caminar por la playa, preparar almuerzo y quizá ir por unas cervezas a la plaza y luego, otra vez en casa, mí casa.
(continuará...)

4 comentarios:

Daus dijo...

Te estoy leyendo, que de eso no quede duda....

saludos

..._-_PETRA-_-... dijo...

huyyy...
ya estoy al día...
y muy copmplacida con la historia...
...seria bueno plantearse una novela...o algo así...
escribes muy bien!!!

un abrazo...

Petra...

Verónica dijo...

Me encanta los capitulos que nos estas dedicando poco a poco... ya llevo mas tiempo leyendote... y me encanta!!!

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi rincon con una taza de cafe, si gustas....

leaf dijo...

tengo una cafetera de acero, de esas que hacen subir el café por las mañanas, leyendo tu post, recordé cuantas veces se me ha quemado el pan del desayuno por estar embobada..
te leo, sin permiso y con agrado