Se quedo dormido marzo
tendido en los brazos de un abril soleado
y los recuerdos varados en tu piel hispana,
muchacha triste de ojos brillantes.
La causa injusta de tu sonrisa
impregna mi sangre
en días alternos,
cuando el animo sube y el desvelo
atropella tus amaneceres rellenos
de sudor y deseos...
que tan solo en fragmentos
harán parte de mis dulces anhelos...
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